“El Aprendiz” (2024): Lecciones de poder, ambición y ética en el real estate.

¿Hasta dónde está dispuesto a llegar un profesional del real estate para conseguir el éxito? ¿Está bien o mal tener una gran ambición en el mundo de los negocios? ¿Se debe ser selectivo a la hora de conseguir contactos, o se debe escoger libremente a nuestros aliados, sin importar sus antecedentes?

La película “El Aprendiz” (2024), dirigida por Ali Abbasi y protagonizada por Sebastian Stan en el papel del joven Donald Trump, no es solo un biopic sobre el ascenso de uno de los empresarios más polémicos de Estados Unidos.

Es también una radiografía del mundo inmobiliario de Nueva York en los años 70 y 80, y una fuente de lecciones para quienes buscan triunfar -o al menos sobrevivir- en el competitivo sector de los bienes raíces.

La cinta deja a los espectadores cuatro enseñanzas clave: el valor de las alianzas estratégicas, la importancia de la ética y la reputación, el poder de la visión y la ambición, y la capacidad de adaptación ante los cambios del entorno.

1. La importancia de las alianzas estratégicas: Trump y Roy Cohn

Uno de los ejes centrales del film es la relación entre Trump y el abogado Roy Cohn. Este, conocido por su gran influencia en los círculos de poder neoyorquinos, y sobre todo por sus pocos escrúpulos, se convierte en mentor y socio estratégico del hoy presidente de EE.UU.

La película retrata cómo, gracias a Cohn, Trump logra abrir puertas difíciles de acceder: desde la obtención de exoneraciones fiscales millonarias hasta la negociación con sindicatos y autoridades municipales para la transformación del Hotel Commodore, un vetusto edificio de Manhattan, en el lujoso Grand Hyatt.

Esta relación ilustra una verdad fundamental del negocio inmobiliario: el éxito no depende sólo del capital o la ambición, sino también de la red de contactos y alianzas a todo nivel (empresariales, políticas, etc.) que se cultivan.

Las alianzas estratégicas permiten compartir conocimientos, acceder a recursos, influir en decisiones regulatorias y, en muchos casos, superar barreras complicadas. En el contexto inmobiliario, esto puede significar la diferencia entre un proyecto exitoso y uno que nunca despegó.

Como señala el portal Daytona Cloud, “en el mundo inmobiliario, las alianzas son la clave para crecer, ampliar horizontes y alcanzar el
éxito. Compartir sabiduría, clientes y recursos es el camino hacia el triunfo mutuo”.

Sin embargo, la película también advierte sobre los riesgos de asociarse con figuras controvertidas: las alianzas pueden abrir puertas, pero también pueden arrastrar a un empresario a zonas grises o incluso ilegales del negocio.

2. Ética y reputación: La delgada línea entre el éxito y la credibilidad

“El Aprendiz” nos muestra sin tapujos las tácticas agresivas e incluso deshonestas de sus protagonistas. Cohn enseña a Trump tres reglas para triunfar: atacar siempre, jamás admitir una derrota y proclamar la victoria incluso en la adversidad.

Estas estrategias, aunque efectivas en el corto plazo, ponen en entredicho la más mínima ética y la reputación empresarial.

La película expone cómo el uso de chantajes, la manipulación mediática y la confrontación constante pueden llevar al éxito financiero, pero también a la pérdida de credibilidad y a la generación de enemigos poderosos.

En el sector inmobiliario, donde la confianza y la transparencia son fundamentales para cerrar acuerdos y atraer inversiones, la reputación es un activo tan valioso como el capital mismo.

Sobre ello, el portal Alfa Inmobiliaria destaca que “la ética es la base para una operación honesta, transparente y responsable. La transparencia genera confianza en los clientes y fortalece la reputación de la empresa”.

Así, el film funciona como advertencia: cruzar la línea de la ética puede traer logros inmediatos, pero a largo plazo puede minar la sostenibilidad del negocio y aislar al empresario de su ecosistema de aliados y clientes.

3. Visión y ambición: Revitalizar propiedades y transformar ciudades

Uno de los momentos más inspiradores de la película es la transformación del Hotel Commodore, un edificio en ruinas, en el lujoso Grand Hyatt.
Este episodio muestra cómo una visión audaz y la ambición de crear algo diferente pueden revitalizar no solo una propiedad, sino un área entera de la ciudad.

Trump, a pesar de las dudas de su padre y de la resistencia de los actores tradicionales del sector, ve en el Commodore una oportunidad donde otros solo ven decadencia. Con la ayuda de Cohn y hábiles negociaciones, cierra acuerdos con la ciudad y con inversionistas privados para financiar la renovación.

El resultado no solo es un éxito personal, sino también un catalizador para la revitalización del Midtown Manhattan, hoy por hoy el distrito comercial más grande del mundo y que alberga a algunas de las propiedades inmobiliarias más costosas.

Esta lección es especialmente relevante en el sector inmobiliario, donde la capacidad de imaginar el potencial oculto de un inmueble o una zona puede marcar la diferencia.

Como señala Faster Capital, “una declaración de visión inmobiliaria ayuda a establecer objetivos e hitos realistas y mensurables para el crecimiento”. La visión y la ambición, combinadas con una ejecución disciplinada y alianzas estratégicas, pueden transformar paisajes.

4. Adaptación al entorno: Flexibilidad frente a la política y la economía

Finalmente, “El Aprendiz” subraya la importancia de adaptarse a las dinámicas políticas y económicas cambiantes. La Nueva York de los años 70 era un escenario de crisis fiscal, criminalidad y decadencia, pero también de oportunidades para quienes supieron leer el entorno y ajustar sus estrategias.

Trump, guiado por Cohn, aprende a navegar entre la burocracia municipal, a negociar con sindicatos y a aprovechar vacíos legales para avanzar en sus proyectos.

En el sector inmobiliario actual, la adaptabilidad sigue siendo clave. Como explica un análisis de la consultora Wasi, “las estrategias adaptativas permiten a las empresas ajustar sus tácticas y decisiones en función de las condiciones cambiantes del mercado”.

Esto implica desde modificar planes de negocio ante cambios regulatorios hasta reorientar inversiones en respuesta a nuevas tendencias urbanas o tecnológicas.

La película muestra que quienes se aferran a viejas fórmulas corren el riesgo de quedarse atrás, mientras que aquellos dispuestos a reinventarse y aprender de su entorno pueden encontrar oportunidades incluso en los momentos de mayor incertidumbre.

Los aprendizajes de “El aprendiz”

Este film es mucho más que un retrato biográfico de Donald Trump: es una lección sobre el poder, la ambición y los dilemas éticos del mundo inmobiliario. La película deja claro que el éxito en este sector depende tanto de las alianzas estratégicas como de la reputación, la visión y la capacidad de adaptación.

Si bien algunas de las tácticas mostradas pueden resultar polémicas o inclus
o reprobables, el filme invita a reflexionar sobre los límites de la ética empresarial y sobre el tipo de liderazgo que queremos ver en el sector.

Para los profesionales inmobiliarios, “El Aprendiz” es un recordatorio de que el camino al éxito está lleno de decisiones difíciles, pero también de oportunidades para transformar ciudades y construir legados duraderos.

La clave está en elegir sabiamente a los aliados, pensar en grande y estar siempre listos para adaptarse a un entorno en constante cambio. Y todo esto, claro está, conservando la integridad, que es la mejor manera de mantener el éxito a largo plazo.

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