Nuevos nichos inmobiliarios por aplicar en el Perú: Un desarrollo Gastronómico


Vivimos tiempos muy dinámicos. Los clientes de hoy esperan propuestas más innovadoras en productos y servicios, y el sector inmobiliario no es la excepción. La oferta inmobiliaria –tanto para los rubros comerciales, residenciales, corporativos o industriales– tiene que estar abierta a la innovación y tener como referentes casos exitosos que ya se dan en diversas partes del mundo. Además, debe enfocarse en las necesidades específicas que tienen sus clientes, agruparlas por perfil y generar una contrapropuesta disruptiva.

Los proyectos que se desarrollan de manera tradicional van perdiendo fuerza, ya que en épocas de baja demanda no ofrecen ningún valor diferencial y poco a poco son relegados por obras que responden a necesidades modernas. Ser disruptivo –reiteramos– no se trata de implementar tecnología, sino de generar valor poniéndose en la piel de los consumidores y dejando que ellos guíen el desarrollo de nuestra propuesta inmobiliaria.

En base al artículo “12 nichos inmobiliarios raros que estudiamos en el 2016” del Grupo 4S de México, hemos considerado ejemplos que ya se aplicaron en la región y que tienen alto potencial para hacerse realidad y generar un excelente impacto entre los consumidores locales.

El primero de ellos es: Un Mercado Gastronómico. En este artículo se menciona que “reunir propuestas gastronómicas o de belleza en un proyecto inmobiliario permite lograr un posicionamiento agresivo en el mercado. La unión, en estos casos, sí hace la fuerza. En el concepto de belleza -que es menos conocido que el gastronómico- se reúnen estilistas, cosmetólogos, maquilladores, dermatólogos y otros especialistas del cuidado personal”. Ambos formatos son grandes opciones para darle mayor peso a centros comerciales urbanos que busquen maximizar valores de renta por metro cuadrado.

En Lima, la oferta gastronómica es muy amplia, pero no existe una propuesta a tiempo completo que reúna actores y productores de las diversas regiones de forma permanente, que generen experiencias, comunidad e identidad en nuestra ciudad. No olvidemos que la gastronomía es el principal factor de nuestra identidad cultural y motivo de orgullo de muchos peruanos.

La Oferta Prime
Actualmente, cada distrito de nuestra ciudad tiene una oferta gastronómica local. Existen distintos tipos de formatos: desde los huariques hasta restaurantes de alto nivel y catalogados entre los mejores del mundo.

Los distritos que consolidan la oferta prime de restaurantes son Miraflores y San Isidro, ya que albergan entre 16 y 20 de los más reconocidos locales de Lima, según el ránking elaborado este año por Summum. Miraflores concentra la mayor oferta al albergar 10 de estos restaurantes: Maido, El Mercado, Costanera 700, Central, Rafael, Fiesta, Carnal, La Gloria, La Huaca Pucllana y Jerónimo. Mientras que en San Isidro, tenemos a Osaka, Symposium, Felix Brasserie, Astrid y Gastón, Titi y Malabar. Ambos distritos son colindantes y son también eje empresarial de hoteles de lujo, de viviendas y oferta comercial prime. También es interesante el desarrollo de restaurantes de primer nivel en Barranco y Surco.

Cabe destacar la globalización de nuestra fama gastronómica. Según un análisis de Bloomberg del presente año sobre las ciudades que tienen los mejores restaurantes en las mejores posiciones de los ránkings globales, Lima es la ciudad con la mejor Gastronomía del Mundo. La media de nuestra capital es 15.6 gracias a sus restaurantes Central (4º lugar), Maido (13º lugar) y Astrid y Gastón (30º lugar), por encima de Nueva York, que tiene una media de 23.6 y Ciudad de México y Londres con 26.6 y 28.3, respectivamente. Este es otro motivo para estar orgullosos de nuestra gastronomía y reflexionar sobre la cadena de valor: los productores, los recursos de nuestro mar y nuestra tierra y su conservación, el conocimiento y la valoración de los insumos locales y la importancia de que el Estado dé mayor soporte a emprendimientos privados que ayuden a desarrollar este sector.

El Vicepresidente del Subcomité de Gastronomía de la Cámara de Comercio de Lima indicó en una entrevista reciente en Gestión que entre el 42 y 43% de los turistas que arriba a Perú lo hace motivado por el conocimiento de la gastronomía nacional. Además, no menos del 90% de ellos dice que regresará a Perú por la gastronomía. Estas cifras, sin embargo, están en peligro si las contrastamos con lo identificado por APEGA: a pesar de que tenemos algunos restaurantes con estándares muy altos y reconocimientos, aún dos tercios del total son informales, con mucho camino por recorrer en cuanto a servicio y sanidad.

Entonces, este es un punto importante en la agenda del sector privado y público si es que se quiere consolidar a Lima como capital gastronómica de Latinoamérica. Potencial es lo que sobra.

El impacto en la economía
No es descabellado pensar en un desarrollo especializado si se toma como punto de partida el aporte que le da lo gastronómico al sector comercial: es el segundo rubro con mayor presencia en centros comerciales con un 14% de participación. En primer lugar está el rubro de prendas de vestir, que es tradicionalmente el de mayor porcentaje, según indica el reporte Comercial del Primer Semestre de Colliers International.

Existe un espacio temporal donde la experiencia gastronómica no se limita a un solo local sino a una experiencia que genera comunidad y que revaloriza nuestra gastronomía a través de la unión de diversas técnicas, regiones y sabores. Esa feria se llama Mistura, y por un par de semanas al año logra congregar una vasta oferta donde se ensalza la comida, los ingredientes y el mismo acto de comer acompañado de conciertos y ponencias.

Mistura es considerada la feria gastronómica más importante de Latinoamérica y logra traer más de 392,247 visitantes (1% más que el año anterior), con un mayor volumen de ventas respecto al año anterior (30%).

La Sociedad Peruana de Gastronomía – Apega, organizadora de la feria esta haciendo denodados esfuerzos por integrar a las cocinas de todo el país y tener un evento más inclusivo y representativo de la riqueza gastronómica peruana.

Imaginemos qué sucedería si se desarrolla un espacio como Mistura en una menor escala y que sea de forma permanente el punto de referencia gastronómico de la ciudad. , Tengamos en cuenta que este tipo de iniciativasno son ninguna novedad en el mundo. De hecho, existen ejemplos: el Mercado San Miguel en Madrid, el Mercado Roma en México, el Borougth Market en Londres, el Chelsea Market en Nueva York y, recientemente, el Mercado del Río en Medellín, del cual vamos a hablar.

Un referente cercano: El Mercado del Río

Se instaló en Medellín − junto a la sede principal de Bancolombia, el edificio más importante de la capital Antioqueña – y está operativo desde principios de octubre del 2016. Es el primer mercado gastronómico de Colombia y cuenta con 46 espacios comerciales. Este local se desarrolló sobre un antiguo almacén de 3,600 m² e intenta recordar arquitectónicamente la antigua estación de trenes que alguna vez estuvo ubicada en este sitio.

El objetivo macro de los desarrolladores es promover la gastronomía y cultura culinaria. Se espera que este mercado se convierta en un referente turístico de la ciudad.
Su directora, Carolina Arango Zuloaga, comenta, que se trata de un espacio multipropósito, ya que busca cubrir los diferentes espacios y momentos del día: desayuno, media mañana, almuerzo, las onces, la cena y la rumba, en horarios que se acomodarán según lo pida el mercado.

“Buscamos que Medellín tenga un referente gastronómico, un lugar donde la gente sepa que tiene que venir si visita la ciudad. Queremos ser un espacio de eventos de ciudad y eventos diferenciadores alrededor de la gastronomía” señaló Arango.

Adicionalmente, indicó que este proyecto apunta a lograr metas altas de ventas que beneficien a todos los concesionarios que están involucrados y con los cuales están generando alrededor de 200 nuevos empleos para la ciudad. Así, el Mercado del Río cuenta con propuestas gastronómicas nacionales en su mayoría, pero también internacionales, en formatos pequeños de cocina abierta. Pero además, en el segundo piso, se abrirán tres restaurantes de gran formato, entre los que habrá uno de comida típica.

Es el turno de nuestra capital: Lima

Debemos crear en Lima un lugar que no solo sea un punto de referencia local, sino también para cualquier visitante de la ciudad. Lo ideal es crear un ícono en gastronomía inmobiliaria experiencial, que se consolide bajo los siguientes puntos, sugeridos por el Grupo 4S en el artículo de su blog “La nueva gastronomía inmobiliaria experiencial”

1. La gastronomía como creador de comunidad

En este tipo de lugares, muchas de las experiencias se basan en la convivencia con el resto de los visitantes. No solo se trata del grupo de amigos, sino de cómo se dan los encuentros no planeados. Y, desde su arquitectura y gestión administrativa, el local puede ser un gestor que fortalezca lazos, las relaciones entre amigos o familiares y networking.

2. Los nuevos conceptos de experiencia y autenticidad gastronómica.

No se puede hablar de un mercado de experiencias utilizando conceptos de fast food, que es lo que actualmente tenemos en los centros comerciales. Se necesita un espacio que revalorice la cocina local, brinde oportunidad a nuevos operadores y tenga el concepto de comida saludable dentro de sus estándares.

3. El entretenimiento vinculado a la experiencia gastronómica

Aun cuando vamos a comer, no podemos pensar en una experiencia lineal de consumo de alimentos. Cada espacio comercial que se genere debe tener alma de entretenimiento. De esta manera, se perfila el tipo de operadores con los que se espera contar y que todo confluya hacia ese fin que va redundar en una mayor cantidad de visitas y consumo en beneficio de los locatarios.

4. Las anclas artificiales necesarias para fortalecer la experiencia del proyecto.

Los proyectos comerciales fungen también como nuestros espacios públicos. En ese sentido, tenemos que crear espacios que provoquen reunión de tribus específicas y que sean verdaderos destinos dentro del proyecto. Según la ubicación elegida esto puede ser muy importante, pero no sería descabellado usar el modelo de Medellín y localizarlo cerca de una zona financiera.

5. La importancia de un modelo de negocio que aporte valor al locatario

Los desarrolladores de temas comerciales siempre esperan que sus locatarios paguen rentas fijas desde el primer día, sin importar qué resultado tengan ellos. Pero, los incentivos no pueden estar desalineados. En el Mercado del Río, por ejemplo, todos los módulos tienen una renta variable.

6. La integración del espacio público.

En Latinoamérica tratamos cada proyecto como un castillo medieval que se tiene que proteger de su peligroso entorno y alrededores. El mercado gastronómico limeño debería asumir el reto de integrarse al espacio público colindante −puede ser una plaza o un parque público− e invitar a la autoridad distrital a ser parte del proyecto. Se trata de acudir al desarrollador moderno, es decir de abrir más el espacio privado a la ciudad e integrar un civismo inmobiliario con visión de desarrollo

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