Home Office: ¿Sostenibilidad en el tiempo?


Desde que se inició la pandemia, el Home Office ha sido un tema recurrente en diversas investigaciones para conocer su impacto en la productividad y la felicidad de los colaboradores. En algunas partes del mundo es una práctica regular utilizada desde hace muchos años atrás y en otros países es una tendencia reciente, forzada por la situación actual.

La coyuntura actual, en la que muchas empresas se han visto forzadas a tomar el home office en el 100% de su planilla, está haciendo que algunas empresas tomen decisiones apresuradas como el ir dejando las oficinas que tienen actualmente arrendadas, pensando que este sistema de trabajo es el idóneo de forma permanente, olvidando quizá que esta situación es solo temporal. De hecho, expertos en economía del BCR, ven un repunte del PBI para el 2021 del orden del  11.5%, gracias a los planes de reactivación económica que implican un regreso normal a las actividades.

Por otro lado, está la eficiencia del sistema, ya a finales de junio, la luna de miel de los colaboradores con el Home Office empezó a decaer. Una encuesta del Estudio de Arquitectura Gensler indica que solo el 12% de los empleados americanos quiere trabajar desde casa a tiempo completo, la gran mayoría quiere regresar a las oficinas, pero bajo un esquema distinto. De estos 44% de los encuestados dijo que no quería trabajar ningún día desde la casa, 26% 1 o 2 días y 18% 3 o 4 días. De estos el 70% quiere trabajar desde una oficina la mayor parte del tiempo y 30% quiere un esquema flexible.

Entonces, ¿qué paso de abril a junio?, ¿por qué un cambio en el pensar del colaborador?

zoomcall

Si bien el trabajo desde casa significa un cambio y tiene beneficios como el ahorro en costo y tiempo de traslado y una mayor cantidad de tiempo para estar en familia, el adaptarse a este sistema de trabajo es un proceso gradual y que además exige espacios adecuados, una buena conexión a internet, equipos tecnológicos que faciliten la conexión remota y un sistema de comunicación fluido y constante entre la empresa. Una vez que los días empezaron a transcurrir al no contar con todos estos elementos, se empezó a reconocer una etapa donde el trabajo remoto ahora se comparte con los quehaceres de la casa, con la vida en familia. Al priorizar el tiempo en familia el horario de trabajo ha pasado a ser de más de ocho horas, a veces de más de 12 horas, dependiendo si tienes hijos pequeños y terminas madrugando junto a la cuna y mandando un e-mail a la vez. A todo esto, hay que sumarle la falta de contacto con otras personas fuera del núcleo familiar, la falta de sociabilidad y el intercambio de ideas constantes. ¿Cuánto tiempo más se puede trabajar de esta manera sin afectar la salud mental? Después de todo el humano es un ser social, en el mismo survey de Gensler se encuentra que 74% de los encuestados afirman que lo que más extrañan de la oficina es la gente, 55% afirma que la colaboración a distancia es mucho más difícil y por ende el trabajo toma más tiempo en concretarse. Mas aun, ilustra que las generaciones jóvenes son las menos productivas y las que menos satisfacción sienten con el trabajo desde casa. Aplicado al caso Peruano significaría que la mayor parte de nuestro motor económico estaría siendo menos productivo, el 47% de la población del Perú se encuentra entre los 19 y 45 años de edad.

Grandes transnacionales ya trabajan desde hace años con el sistema del teletrabajo, como: IBM, Aetna, Best Buy, Bank of América ya han seguido esta ruta con distintos resultados. Gran parte de ellas regresaron al punto inicial y llamaron de regreso a sus empleados a la oficina, gran parte de los problemas vistos fueron la falta de disponibilidad de los empleados, falta de conexión con la empresa, la marginalización y falta de lealtad. La creatividad y la innovación en este tipo de entornos no tiene un clima favorable. El delegar se convirtió en un problema, no siempre siendo la manera más efectiva de trabajar y muchas veces recayendo en horas y horas de rehacer trabajos, proyectos que se demoran en cerrar y empresas que empiezan a ver sus indicadores caer.

Otros grandes como Google y Facebook en vez de apartar a los empleados de las oficinas tomaron una iniciativa en el sentido contrario, implementando campus y ciudades muy cerca de las oficinas disminuyendo el traslado del empleado a lo mínimo posible, pudiendo darles esa “libertad y flexibilidad” pero dentro de un entorno controlado. Desaparecen los espacios propios de trabajo para dar lugar a espacios colaborativos y flexibles, una especie de “home office” pero dentro de la oficina.

flexspace

Jody Thompshon, co fundadora de Best Buy sostiene que el trabajo flexible le da al empleado más libertad con sus tiempos, pero eso no cambia la manera en la que son liderados. Este es en definitiva cuando el trabajo o la forma de trabajar puede cambiar para mejor, creando culturas de trabajo diferente donde el 100% del personal está presente, pero es 100% autónomo. Manejar el trabajo y no a la persona.

La realidad es que el Home Office es una idea romántica y de hecho suena muy bien, sin embargo, no ha funcionado a ciencia cierta en los últimos años y si es cierto que existen mejores formas de comunicación y Zoom es un gran activo, probablemente regresaremos a la oficina apenas exista una vacuna.

Como profesional con varios años de experiencia en el sector corporativo local e internacional, puedo asegurar que la mejor inversión que puede hacer una empresa es en sus colaboradores, un esquema de trabajo remoto parcial o una nueva cultura de trabajo podrían ser una parte de una puesta en marcha más grande. Eso sí, no vaya dejando su espacio de oficina aun, no vaya a ser que la inversión de regresar a la fuerza laboral sea aún más costosa que el ahorro generado por un “Home Office” mal evaluado.

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